El día de la vereda amaneció con un tiempo muy malo, con lluvia y frío, esto no impidió que muchas personas se acercaran a verlos y acompañarlos durante el trayecto. En mi caso, varios amigos y yo nos trasladamos hasta el río para verlos llegar y comer con ellos. Tanto nosotros como varias personas estuvimos en la orilla del río comiendo, pero sobre todo disfrutando de bonitos paisajes y del TORO.
Hacia las cuatro de la tarde se pusieron en marcha para llegar al corral. El tiempo estaba tranquilo, ya no llovia, lo que hizo que muchos caballistas fuesen al río para hacer el último tramo de vereda con ellos.
El sábado, los novillos salían del corral sobre las 16:20. Cuando llegaron a Villares, uno de ellos se escapó y el otro consiguió entrar. Se pudieron ver varias carreras con este, pero el otro estaba sembrando el pánico a la entrada del pueblo. Rompió dos vayas del recorrido y por una se salió. Afortunadamente no logró alcanzar a nadie y se quedó allí entre los coches. Al cabo de una hora y gracias a dos personas pudieron meterlo en el recorrido y toda la gente se quedaba más tranquila después de lo sucedido.
Quiero hacer una mención especial para todos los voluntarios de Cruz Roja, médicos y enfermeros que se desplazan a todos los encierros.
También puede captar a dos grandes personas haciendo lo que más les gusta, Fotoroberteras y Vicente Rodenas.
Al final de la tarde se soltó una novilla para los más pequeños.
Como siempre, se pudo ver gran variedad de camisas, para algunos muy significativas.